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Tudor, un fuerte reposicionamiento y un retorno a sus raíces

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octubre 2010


El nacimiento de Tudor se remonta a 1946, cuando Hans Wilsdorf, el fundador de Rolex, lanzó oficialmente la compañía Montres Tudor SA. El nombre, sin embargo, se remonta a 1926, el año en que fue registrada por la compañía de relojes suizos «Veuve de Philippe Hüther», a nombre de Hans Wilsdorf. Una década más tarde, en 1936, Wilsdorf se hizo cargo de ella, él mismo.

Tudor, un fuerte reposicionamiento y un retorno a sus raíces

La evolución del logotipo Tudor en las últimas décadas ilustra perfectamente el viaje de la marca. Desde el principio, sólo el nombre de Tudor apareció en el logotipo, el nombre de la famosa dinastía que reinó en Inglaterra durante largo tiempo. Alrededor de 1936, tomó el logotipo de la emblemática rosa de los Tudor, que aparecerá en un escudo. Esta era una manera de simbolizar los dos polos de la marca - el estilo y la elegancia de la rosa, combinadas con la fuerza y el «carácter técnico» del escudo. A partir de 1947, un año después del lanzamiento de Montres Tudor SA, sólo la rosa apareció en la marca, lo que demuestra, sobre todo, el estilo elegante de la marca. Por último, en 1969, la marca salió con una serie de piezas técnicas y la rosa desapareció en favor del escudo, con énfasis en las nociones de resistencia y fiabilidad. Hoy en día, este mismo.

En marzo de 1946, la empresa realmente comenzó a expandirse, y Hans Wilsdorf la anunció mostrando cual era la linea de su razonamiento, «Desde hace algunos años, he estado considerando la idea de hacer un reloj que nuestros agentes puedan vender a un precio más modesto que nuestros relojes Rolex, y sin embargo, que alcance los estándares de fiabilidad por los que Rolex es famosa». Hans Wildorf, ya había entrado en la historia de la relojería con el Oyster y el Perpetual, por lo que había prefigurado las estrategias comerciales que pondrían en marcha tantos grupos y marcas sólo algunas décadas más tarde.

En ese momento, Rolex ya era famosa en todo el mundo por la calidad y el prestigio de su producción. Con Tudor, el pionero Hans Wilsdorf quería llegar a un público más amplio con un producto de calidad garantizada por la «empresa matriz». Con él quería ofrecer tecnología avanzada y funcionalidad, buen diseño, una red de distribución en todo el mundo, y un buen servicio post-venta.

«Castigados sin piedad»

Tudor, un fuerte reposicionamiento y un retorno a sus raíces

Dicho y hecho, al año siguiente, en 1947, Tudor lanzó el Tudor Oyster . En 1952, fue seguido por la línea Tudor Oyster Prínce. Como el nombre ’Oyster’ indica, los primeros relojes Tudor ofrecian importantes avances técnicos, y la marca destacó su estrecha relación con Rolex en su publicidad en la que aparece la mención «patrocinados por Rolex», bajo el logotipo Tudor.

Pero el enfoque de comunicación de la marca se ha distinguido por su «target» claramente diferenciado. Sus anuncios mostraban situaciones tales como trabajadores encaramados en una viga en lo alto de un rascacielos, un motociclista en una pequeña carretera de montaña, o (más bien sorprendente para la sensibilidad de hoy) la imagen de un trabajador con un taladro neumático. Estas imágenes fueron acompañadas por el eslogan, «castigado sin piedad! – Triunfo del nuevo reloj automático». Solidez, fiabilidad y precisión fueron destacadas con fuerza.

Tudor, un fuerte reposicionamiento y un retorno a sus raíces
Tudor Advisor(1957), Tudor Oyster Prince (1963), Tudor Prince Submariner (1964)

Tudor así creó un lugar especial para sí misma en la sinfonía de las marcas y, en los siguientes años, hace hincapié en su identidad y su estilo particular, con una mezcla de tecnología y modernidad combinadas en un diseño elegante. En 1952, después de la participación de 30 relojes Tudor Oyster Prince en una expedición científica al norte de Groenlandia organizada por la Royal Navy, la marca decidió ampliar la tecnología funcional de sus relojes, en particular mediante el desarrollo de un reloj de buceo profesional, el Tudor Prínce Submariner, que fué adoptado por la Marina estadounidense entre 1962 y 1964 y por la armada francesa a comienzos de la década de 1970 (y hasta 1984). Después de esto, vinieron otros modelos notables como el Tudor Prínce Date-Day y el particularmente emblemático Tudor Oysterdate Chronograph que se introdujo en 1970.

Las décadas siguientes estuvieron marcadas abrumadoramente por la revolución del cuarzo y la crisis que esta produjo, así como por una explosión en el número de nuevas marcas procedentes de todos sitios. Mientras que Tudor presentó algunos modelos muy interesantes, como el Hydronaut en 1999, la marca empezó a ver su singularidad disminuir poco a poco. Sin embargo, durante este período, Tudor seguía siendo muy fuerte en algunos mercados, mercados que fueron ignorados por otras marcas, como la inmensa China continental (su presencia temprana en China ha permitido que hoy en día se beneficie por si sola de más de 300 puntos de venta y 25 boutiques de marca propia en este país) mientras su imagen sufría en otras muchas regiones del mundo.

Retorno a su identidad fundacional

En 2009, la administración tomó las cosas seriamente en sus manos, si podemos usar esta expresión, y Tudor fue fuertemente re posicionada y reorganizada. Se recibieron nuevos productos, una nueva estrategia de marketing y nuevas colaboraciones como con Porsche Motorsport, que anclaba a la marca en el mundo de la tecnología y estilo de las carreras de coches. También adoptó un nuevo lema: «Designed for Performance. Engineered for Elegance».

Tudor, un fuerte reposicionamiento y un retorno a sus raíces
Tudor Heritage Chrono

De la misma manera que ha revisado su oferta, Tudor ha re visitado también los valores de su pasado en busca de su identidad fundacional. Buscaba encontrar «el sutil equilibrio entre el rendimiento y la elegancia», como resumieron los directores de Tudor. En otras palabras, esta nueva aventura trata de reafirmar la calidad técnica, fiabilidad y robustez de un reloj para «alcanzar los más altos estándares de confiabilidad» evocando las palabras de Hans Wilsdorf en 1946.Y de acuerdo con su legitimidad, Tudor ahora expresa esta tecnología, sin salirse de su elegancia natural. Naturalmente, este retorno a sus raíces se acompaña de un cambio en su público. Tudor ahora se dirige a una clientela joven y urbana, a los que aprecian un «look» deportivo y de diseño, a aquellos que quieren expresarse con estilo pero sin ostentación.

Por lo tanto, es este el espíritu con que los nuevos modelos y colecciones de Tudor se han diseñado. Han trascendido el utilitarismo para proporcionar productos tanto de rendimiento como emocionales.

Una oferta claramente diseñada

La nueva oferta de Tudor se compone de tres colecciones principales: Los relojes deportivos con los modelos Heritage, Grantour e Hydronaut, los relojes Glamour más glamorosos, y la gama de relojes Classique. Entre estos nuevos modelos, la línea Heritage es sin duda uno de las más emblemáticas de la renovación actual de Tudor.

El primer soplo de aire fresco llegó con el nuevo Hydro 1200, introducido en 2009, un reloj muy técnico, que es resistente al agua a 1200 metros y viene con una válvula de helio.

Tudor, un fuerte reposicionamiento y un retorno a sus raíces
Tudor Grandtour

El mismo año, el Grantour le seguía con su inspiración en los coches de Gran Turismo y su asociación con Porsche Motorsport, que luce un bisel de acero lacado en negro, con reminiscencias de un tablero de instrumentos y una correa de cuero perforado.

El reciente Tudor Heritage Chrono es la última adición a la gama de Tudor y revisa la historia de la marca a través de su diseño. Inspirado por el legendario Oysterdate de la década de 1970, este cronógrafo automático ha sido minuciosamente re diseñado hasta el más mínimo detalle. Su tamaño ha cambiado, pasando del modelo original de 40 mm a 42 mm del reloj actual. Su diseño, al tiempo que conserva las líneas esenciales ergonómicas y deportivas de la pieza original, ha sido sutilmente retocado. Su aspecto sigue siendo perfectamente reconocible: esfera gris, negra o negra y gris, detalles en naranja; indices pentagonales blancos mo-dificados para enfatizar el efecto de tres dimensiones. La corona central se ha dotado de protección, y los lados del bisel giratorio y la corona han sido delicadamente estriados. Los añadidos de la pulsera han sido totalmente re diseñados para permitir que el Tudor Heritage Chrono se deslice en la muñeca, ya sea con una pulsera de acero con un cierre de seguridad o con una nueva correa de tela, tejida en bandas de color negro, gris y naranja, cuyo cierre ha sido directamente inspirado en los cinturones de seguridad de la época.

Tudor, un fuerte reposicionamiento y un retorno a sus raíces
Tudor Glamour Date-Day

La consistencia de esta nueva estrategia para profundizar en las raíces de la firma para revitalizar mejor la marca se ve reforzada aún más por las nuevas líneas de la gama Glamour, presentada el año pasado, en particular los modelos Tudor Glamour Date y Tudor Glamour Double-Date. En este caso, no ha sido la década de 1970, sino más bien la década de 1960 la que ha sido re visitada.

Caracterizado por un bisel doble en dos niveles, con clásicas esferas en guilloché circular, un pequeño contador de segundos delicadamente decorado con la estilizada Rosa Tudor, agujas ahuecadas en forma de hoja, la fecha en una doble ventana de cristal de zafiro abombado, las muchas variaciones de estos elegantes relojes masculinos de 42 mm, son resistentes al agua hasta 100 metros y están equipados con movimientos mecánicos automáticos.

A largo plazo

Esta intensiva re elaboración de la oferta de Tudor y la marca claramente definida y con su re posicionamiento afirmado, está apoyada por un competitividad muy definida en términos de precio, que oscila entre los 1.000€ y 3.000€, dependiendo del modelo y sus materiales (todos los relojes Tudor son 100 por ciento mecánicos y están disponibles en acero inoxidable o en modelos bi-color). Esto significa un precio excepcional en cuanto a la relación calidad-precio para el segmento ’Premium’, donde se sitúa Tudor.

Debido a su asociación con Rolex, Tudor puede ofrecer a sus clientes una amplia red que proporciona un eficiente servicio post-venta de calidad, garantizado para un muy largo plazo.

Con una vigorosa afirmación de su re posicionamiento en este nuevo entorno y el retorno a sus raíces históricas que le permite crear una oferta revisada en un espíritu muy contemporáneo, Tudor se ha dotado de los medios para volver a ocupar un lugar muy singular. A raíz de la reciente crisis económica, el consumidor se ha vuelto más atento a las ofertas disponibles en el mercado y es más sensible a la viabilidad a largo plazo y a la calidad, por lo que los relojes Tudor recibirán, con seguridad, una cálida acogida.

www.tudorwatch.com